Al mejor de los cazadores también se le va la liebre. Esa es una lección de vida que Ronald Acuña Jr. quizás aprendió previamente, en el peor de los casos tomo la lección luego de los baches ofensivos experimentados durante el primer mes de temporada 2024 de Grandes Ligas.
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En el fondo no se trata de algo grave, solo que el jugador franquicia de los Bravos de Atlanta a muchos pudo mal acostumbrar luego del superlativo desempeño que mostró el año pasado, uno de los rendimientos ofensivos más completos jamás vistos en el máximo nivel de la pelota y aquí es donde puede venir el error por parte de quienes le observamos, tal vez por él mismo.
Muy presente debemos tener que mantener ese performance, repetir un desempeño similar es algo contradictorio a las tendencias estadísticas, no imposible pero si divergente y en un detalle lo podemos apreciar.
Ronald Acuña Jr., una de las diferencias entre 2023 y 2024
A lo largo de 159 juegos, 735 apariciones al plato, 643 turnos legales durante el calendario precedente, el hermano menor de Luisángel apenas se ponchó 84 veces, lo que se tradujo en un porcentaje de 11.4, bastante superior a la cifra media de las Mayores, que de acuerdo a los cálculos del prestigioso portal estadístico Fangraphs, quedó en 22.7%, es decir, el sabanero fue un 49.8% mejor que sus colegas.
Esa cifra de total excelencia fue la que permitió configurar otro destacado ítem, este precisó que Acuña hijo solo acumuló 10 juegos con más de 1 ponche, en contraste, durante el primer mes de este año fueron 11, una drástica diferencia. ¿Entienden por qué recalcamos que este recio toletero pudo mal acostumbrar a muchos?
Al ver en detalles adicionales, para él ese porcentaje de ponches se disparó a 26.7, o lo que es igual, 134% más y 18.7% por encima de la generalidad.